explotacion de especies marinas
EXPLOTACIÓN MARINA
EXPLOTACIÓN MARINA
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Las explotaciones pesqueras o pesquerías son los
esfuerzos organizados para capturar peces u otras
especies acuáticas mediante la pesca. Generalmente
las pesquerías tienen por objeto la obtención de
recursos alimenticios para su comercialización. En la
pesca industrial se buscan también subproductos
como aceites y harinas que no van destinados al
consumo humano directo. Sin importar el destino
de las capturas, el término pesquería se refiere
al esfuerzo pesquero realizado en una región
determinada o sobre una especie en particular,
usándose indistintamente ambos criterios para
definirlas. Se habla por ejemplo de las pesquería
del Pacífico, etc. La mayor parte de las pesquerías son marinas y basadas cerca de las
costas. Esto último es debido a que en general las aguas que se extienden sobre
la plataforma continental desde las costas, son más ricas en fauna gracias a una mayor
disponibilidad de nutrientes, provenientes del continente o de fenómenos de surgencia.
La captura indiscriminada de peces de pequeño tamaño que lleva a cabo la pesca
industrial está poniendo en serio riesgo la subsistencia de numerosas especies de
aves marinas en todo el mundo. El consumo mundial de pescado continúa aumentando,
lo que provoca que se multipliquen unas piscifactorías que en su mayoría utilizan
harinas animales fabricadas con especies de pequeño tamaño para alimentar a
especies carnívoras como el salmón, el atún o el bacalao que encontramos en los
mercados europeos.
La pesca a gran escala, la que se lleva a cabo sin ningún tipo de control y arrasa
todo tipo de ecosistemas y especies reúnan o no las condiciones para ser
comercializadas, tiene unas consecuencias que van más allá de la propia mar.
En efecto, tal y como demuestra un reciente estudio publicado por la prestigiosa
revista Science, esta pesca industrial está amenazando seriamente la existencia
de las aves marinas.
Los desastrosos efectos de la sobre pesca en las poblaciones de peces son de
sobra conocidos. Sin embargo, la fauna marina no es la única víctima de esos
métodos industriales de pesca: un estudio dirigido por el investigador francés
Philippe Cury, director del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD),
muestra que la escasez de peces podría conllevar una importante disminución
de las poblaciones de aves marinas.
No sólo el alcatraz, el albatros y las gaviotas son víctimas de los kilómetros de
redes que se encuentran en los océanos y entre las que se enredan y ahogan.
Según las investigaciones de Philippe Cury, las aves marinas se ven obligadas a
competir directamente con los pescadores por su alimento. La mayoría de estas aves
se alimentan de pequeños peces como sardinas, anchoas y algunas más que,
normalmente, se capturaban sólo en el ámbito de una pesca artesanal o local y que
ahora se han visto arrasadas al igual que todo el ecosistema.
La población de peces pequeños se está viendo diezmada en las aguas de todo el
mundo. Estas especies, que no tienen un valor comercial alto, sin embargo están
siendo capturadas de forma masiva, lo que amenaza su existencia en un futuro
próximo. Estas especies se usan mayoritariamente para la fabricación de harinas
animales utilizadas en piscifactorías. De esta forma, al adquirir en el supermercado
atún, salmón y bacalao, estamos colaborando con la extinción de estas especies tan
pequeñas como necesarias. Además, estos peces constituyen el alimento de los
pollos criados de forma intensiva en naves industriales, una práctica poco ética
y muy irrespetuosa con el medio ambiente.
Los peces de pequeño tamaño representan en la actualidad un tercio de las capturas
mundiales, y constituyen la base alimenticia de las aves marinas. Los efectos de esta
pesca masiva e irresponsable ya se están haciendo notar en Europa, donde la
población de frailecillos y varias familias de gaviotas está disminuyendo de forma
alarmante, al igual que la población de pingüinos en el hemisferio sur. Según el
estudio de Philippe Cury, estas aves están seriamente amenazadas por este
fenómeno debido a la dificultad que encuentran para alimentarse y a la consiguiente
debilidad física que les impide reproducirse y alimentar a sus crías.
¿Qué podemos hacer ?
Para contribuir a la conservación de estos animales y al delicado equilibrio del
ecosistema, el consumidor debería frenar o disminuir el consumo de pescado y carne.
Por otro lado, es necesario denunciar este fenómeno ante los responsables políticos
para que se prohíban estas técnicas de pesca destructivas que esquilman las aguas
y suponen un impacto de enormes dimensiones que afecta a diversos ámbitos y
especies animales.
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